Caos es la palabra que mejor define el presente de Gimnasia de Jujuy. Tanto en lo institucional como en lo deportivo, la actualidad del Lobo jujeño deja que desear y esta semana buscará regularizar su situación.
Fabián López, presidente, Atilio Córdoba, Secretario General, y Ramón Noseda, Tesorero, fueron las tres renuncias que tuvo el club albiceleste el pasado sábado luego de la dura derrota en casa contra Güemes de Santiago por dos a cero. Con la dimisión de la cúpula dirigencial, Gimnasia tendrá a Juan “Cacho” Brajcich jurando como presidente en las próximas horas, quien ingresó en las pasadas elecciones como vicepresidente primero.
Cercados por los malos resultados en este inicio de campeonato y por no tener el control total de la Comisión Directiva, López y su círculo cercano decidieron dar un paso al costado. Desde su llegada en noviembre del 2019, el paso de la lista “Agrupación Lobo Corazón” tuvo más momentos complicados que satisfactorios, destacándose la salvación de bajar de categoría, en materia fútbol, gracias a la decisión de la AFA de abolir los descensos debido al COVID.
Un punto de inflexión fue la salida de Arnaldo Sialle a finales del año pasado. La idea de la dirigencia era mantener este proyecto del rosarino a largo plazo, pero el puertazo del entrenador modificó todo. Se intentó encaminar el rumbo con Cristian Molins, ayudante de campo de “Cacho”, pero luego de pocos partidos, presionado por la nueva mitad de comisión, se decidió echar al DT.
Ahora con Darío Franco al frente del plantel profesional, con un equipo golpeado anímicamente y futbolísticamente sin ideas, Gimnasia deberá levantarse como pueda en medio de los golpes recibidos.
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