marzo 28, 2024

Cristina Fernández de Kirchner busca que se avance sobre otros integrantes del grupo de Uliarte y Sabag Montiel

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Se trata de Sergio Eduardo Orozco, uno de los supuestos vendedores ambulantes que se presentó junto con Uliarte en la entrevista que dieron el día posterior al ataque en el canal Telefé. Y también la convocatoria de otra de las jóvenes que hablaba con Nicolás Carrizo.

La querella de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner solicitó a la justicia una serie de medidas de prueba, entre las que se destaca el pedido para que se cite a dar declaración indagatoria a Sergio Eduardo Orozco otro miembro del grupo de supuestos vendedores de copos de azúcar que integraban Brenda Uliarte y Fernando Sabag Montiel, los dos principales acusados del atentado contra la expresidenta, informaron hoy fuentes judiciales.

Los abogados que representan a la ex mandataria solicitaron esta mañana a la jueza María Eugenia Capuchetti que llame a declarar a Orozco a indagatoria. Y también pidieron la convocatoria de otra de las jóvenes que hablaba con Nicolás Carrizo.

Sergio Eduardo Orozco es uno de los supuestos vendedores ambulantes que se presentó junto con Uliarte en la entrevista que dieron el martes dos de septiembre al canal Telefé y es además quien puso la casa en la que se reunió el grupo horas después del ataque fallido.

La información se conoció durante la audiencia de hoy en la que de Nicolás Gabriel Carrizo, pidió su excarcelación, la cual le fue denegada. Durante la audiencia su abogado defensor, Gastón Marano, pidió incorporar como testimonio favorable a su defendido una declaración que el mismo le había tomado a Orozco ante un escribano público.

En ese momento, el abogado Marcos Aldazabal, en representación de la querella, le informó a la defensa de Carrizo que esa declaración no tenía ningún valor para el proceso, pero le advirtió que pretendían que Orozco sea convocado a prestar declaración indagatoria para que se evalúe su eventual aporte al plan criminal que investigan la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo.

De la información extraída del celular de Carrizo e incorporada a la causa surgió que Orozco, apodado «Checho», estaba preocupado por haber recibido a Uliarte en la casa en la que el vivía junto con su hermano. «Estoy hasta las manos. Porque le van a pedir dónde estuvo», se quejó Orozco en un mensaje que le envió a Carrizo instantes después de enterarse de la detención de Uliarte.

A su vez, de las comunicaciones de Carrizo surgieron otras líneas de investigación en las cuales se enfocó la querella, entre ellas una de ellas coloca bajo sospecha a una persona a la cual tenía agendada como «Joa» que aparece en whatsapp como alguien que, después del ataque, manejaba información sensible vinculada a la causa por la cual ya estaba detenido Sabag Montiel.

La fiscalía había pedido que se cite a esa persona, de nombre Joana, como testigo, para que explique una serie de mensajes, pero la querella reclamó que sea convocada en calidad de imputada. Para los abogados querellantes, Marcos Aldazabal y José Manuel Ubeira, la persona parece dar instrucciones a los miembros del grupo de Sabag Montiel y Uliarte sobre como moverse en relación a la investigación judicial que podría tenerlos por sospechosos. Y podría conducir hacía otros eventuales involucrados en la maniobra que hubieran tenido un rol «intelectual».

Dentro del expediente judicial hay cuatro mensajes de audio de WhatsApp de «Joa», extraídos del teléfono de Carrizo, y que corresponden a una conversación del domingo 4 de septiembre, cuando detuvieron a Uliarte, que duró hasta pasada la medianoche del lunes 5 de septiembre.

Los mensajes de la quinta implicada

«Amigo yo no voy a vaciar nada ni voy a borrar nada y desde ya les digo, ni se les ocurra borrar nada, porque ahí si que van a flashear que ustedes tienen algo que ver y no tienen nada que ver, hagan vida normal, no se persigan», decía Joana en uno de los audios detectados por la justicia.

«Sigan su vida normal, es al pedo perseguirse, y eso de borrar los chats no, porque por más que vos los vacíes por el IMEI te lo rastrean y saben todo lo que vos hablás, lo que borrás, lo que decís, no decís, o sea, saben todo», les recomendaba a Carrizo y otros contactos en un grupo de whatsapp.

«Tengan en cuenta también, que lo que hablan, a ver… hay algunos que tienen los celulares pinchados y van a seguir pinchando los celulares, hasta encontrar vínculos, hasta encontrar cosas, sigan… a ver… todos sabemos que nadie conocía lo que había detrás de esa persona (en referencia a Sabag Montiel), porque parecía una persona cuerda, normal, educado, pero bueno», decía en otro de los mensajes.

La querella parte de la línea investigativa de que el ataque fue planificado por personas distintas a quienes finalmente lo ejecutaron, tal como lo reveló la propia Vicepresidenta el último viernes cuando alegó en defensa propia en el juicio que se le sigue por el caso conocido como «Vialidad».